jueves, 26 de agosto de 2010

Miss universos y nacionalismos



Por si aún no lo saben, el lunes pasado fue el miss universo. Y si todavía es posible que no sepan el resultado, ganó México. No Venezuela, como se esperaba, como ocurre con frecuencia. No. Esta vez ganó México.
No es resentimiento, es sólo un dato curioso y ya. Y hago la aclaración, porque se supone que por haber perdido Venezuela, yo debería estar triste, o desilusionada, o hasta incluso, absolutamente encabronada, como anda mucha gente por aquellos lugares, y debería estar buscando un culpable, seguramente Chávez, que por ser tan poderoso, hasta en eso tiene completa injerencia.
Pues no, no estoy triste, o molesta, o vengativa. Si he de estarlo, al menos no tiene nadita que ver con el resultado del concurso sino con mi mera vida. Y es precisamente sobre eso que les platicaré hoy.
Me tiene completamente sin cuidado si algún compatriota gana en un evento de renombre.
Es decir, el sentimiento de patriotismo y de orgullo nacional que he de experimentar porque un deportista venezolano le gana a otro, o porque cualquier otro paisano recibe un premio, no se me da, y me cuesta mucho entenderlo.
Creo, que la necesidad de héroe que experimentamos en estos días, y la urgencia de escaparnos de la vida aburrida y desgastante que llevamos, nos impulsa a disfrutar de esos triunfos, como si fuesen nuestros.
Pero no lo son. Si alguien recibe un premio, lo recibe por su esfuerzo, constancia y dedicación durante mucho tiempo, y más que darle una palmadita en el hombro y felicitarlo con un ¡buen trabajo! sería completamente suficiente.
Ahora, colgarme de su triunfo y asumirlo a nombre de muchos, incluyéndome, se me hace absurdo y ridículo; y por lo tanto vergonzoso.
Y creo que ese sentimiento de lo absurdo se ve aumentado si lo contextualizamos a un evento tan superficial y vacío como puede ser cualquier concurso de belleza.
¡Por favor! ¿Cómo es posible que haya concursos en donde todavía se siga estimulando la belleza femenina como único valor importante? Porque no me vengan a decir, que las tontas preguntas, y aún más, las tontas respuestas, reflejan un átomo de inteligencia, por parte de las misses que participan en dichos eventos. Nooooooooo
Con concursos como esos, pues es absolutamente lógico que se establezca la triste combinación de mujer = estupidez.
Que lo único relevante que podamos ser, es ser bonitas, hizo que Cortázar creara un tipo de lector, tonto y elemental, llamado "Lector hembra".
Cualquier concurso en donde lo que se premie sea la "belleza" y no otros valores, debería ser erradicado. Y digo belleza, con comillas, porque la mayoría de esas mujeres, están completamente operadas, precisamente para poder reflejar ese ideal vacío de belleza.
Entonces, si no me hace feliz que un paisano gane un evento, menos que menos lo haría si una compatriota ganara el miss universo.
Por esta razón, ni estoy feliz porque perdió la venezolana, tanto como no me alegró que ganara el año pasado.

......


1.- La foto es de la nueva miss universo, con la otra miss universo de México. Con la bandera, por supuesto, faltaba más.
2.- Una frase de la última entrevista a la nueva miss universo: "el triunfo es como un regalo a México en su bicentenario"

martes, 17 de agosto de 2010

Perversiones laborales


Partamos de la siguiente premisa: los seres humanos somos complicados, en cuanto a relaciones interpersonales se refiere. Es decir, tendemos a complicar, en lugar de solucionar.

Ocurre con todas las relaciones que establecemos a lo largo de la vida, con etapas más suaves, como cuando somos adolescentes y podemos ser amigos de la humanidad entera; y etapas más duras, como la adultez, en donde tendemos a ser intolerantes con las diferencias, y se nos hace muy difícil aceptar costumbres distintas a las nuestras.

Por esta razón, es que la mayoría de los amigos que poseemos siendo adultos, los adquirimos cuando éramos jóvenes. Digamos que encontramos más defectos, a medida que nos vamos haciendo viejos.

Si aceptamos esta tendencia, de ser completamente amigables y nada rencorosos, cuando somos niños, a convertirnos en poco amigables y sensibles a experimentar rencor y otras emociones, más negativas, cuando somos adultos; pues es muy fácil de entender por qué las relaciones laborales son taaaaan complicadas. Y me refiero específicamente a las relaciones laborales, porque de ellas hablaré hoy, pero bien se puede aplicar a cualquier otro tipo de relación adulta.

De 24 horas que tiene un día, dormimos siete horas, si nos va bien; en transportarnos de la casa - al trabajo y viceversa, invertimos aproximadamente dos horas; al tiempo "libre" para estar con nuestra familia, le dedicamos seis horas; y de las ocho o nueve restantes, estamos en el trabajo.

Estamos nueve horas de nuestra vida diaria con gente que no escogimos, pero con la que tenemos que lidiar, y algunas veces hasta soportar.

Es un poco loco que pasemos más tiempo de nuestra vida útil con la gente equivocada. Lo lógico debería ser lo contrario, pero bueeee, vivimos en sociedades en donde precisamente no impera la cordura.

Asumimos, o por lo menos esperamos, que en esos lugares de trabajo, la dinámica fluya con una especie de equilibrio. Es un intercambio: damos nuestro tiempo, nuestro conocimiento, nuestra energía, y esperamos recibir a cambio la recompensa, generalmente expresada a través de dinero.

Y es ahí donde se presenta el problema, ya que la gran mayoría siente, que es poco. Es decir, que lo que se recibe, no compensa todo lo que se da.

Si volvemos otra vez al número de horas, pues estamos ofreciendo nuestras horas útiles, lo que debería ser muy bien considerado. Pero por otro lado, estamos dejando de invertir esas horas útiles, en las personas que sí queremos, y con las que sí queremos estar. Así que bien mirado el asunto, es muy sincero el sentimiento de frustración por el dinero que se recibe.

Y si a eso le sumamos la intolerancia creciente de la adultez, y las extrañas personalidades que desarrollamos, pues es lógico pensar que generamos ambientes laborales inasertivos, estresantes y poco productivos a nivel emocional.

¿Cuál será la solución?
Dejar de trabajar no creo, pero por qué suena tan pero tan tentador.






martes, 3 de agosto de 2010

Calgary III: calidad del aire


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Vivo en la ciudad de México. Ciudad que contiene 25 millones de habitantes y que está entre los primeros 5 lugares, de las ciudades más contaminadas del mundo. Se ha hecho una especie de rutina que las personas comenten sobre el índice IMECA del día, de la semana o de los ultimos meses. El índice IMECA es el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire, e informa a la población en general sobre qué tan bueno o tan malo está el aire en su ciudad.
Si está en niveles cercanos a cero: poco azufre, poco monóxido de carbono, buen ozono, el aire es bueno, y no genera complicaciones en la salud de las personas que lo respiran. Pero, si está cerca o arriba de 100 puntos: altos niveles de azufre y monóxido de carbono, y bajos niveles de ozono, e incluso con otros elementos más contaminantes metidos en el cóctel, como plomo, arsénico, nitrógeno; hacen que la calidad del aire sea mala, y la secretaría del medio ambiente hace algunas recomendaciones necesarias, para evitar la "exposición" ¿? al aire contaminado: no exponerse al aire libre, evitar el uso innecesario del automóvil, tomar líquidos, etc.
En general, el cielo se ve opaco, y es imposible ver los espacios lejanos, por la alta brumosidad del aire.

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Estuvimos un mes en Calgary, una ciudad de 1 millón de habitantes, rodeada de ríos y áreas verdes.
No sé cuáles sean sus índices IMECA (no creo que ni siquiera exista un organismo encargado de medirlo) pero fue impresionante poder ver el infinito y más allá, sin ningún impedimento ambiental.
La luz es absolutamente limpia. Puedes ver desde cualquier espacio alto, muchos muchos kilómetros a lo lejos, lo que te da la sensación de que todo está cerca.

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Durante un mes no hubo mocos, ni tos, ni ninguna otra expresión de alergias. El chorro de medicinas que me llevé por si las moscas, se regresaron enteritas, porque fueron completamente innecesarias.
Mientras que aquí son absolutamente indispensables: productos para destapar la naríz, medicinas para la tos, ya sea seca o con flema, pastillitas alopáticas u homeopáticas para "estimular" defenzas y no seamos víctimas frecuentes de gripes, etc.

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Definitivamente debemos hacer algo radical para mejorar nuestra situación respiratoria cotidiana. O será entonces necesario, hacernos la difícil pregunta de si estamos en el lugar correcto.

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Les paso la liga de la página de la secretaría de salud, por si quieren revisarla:
http://www.sma.df.gob.mx/simat2/